martes, 20 de mayo de 2008

EL CENTRO DE ACOGIDA ATIENDE DIARIAMENTE A CINCUENTA PERSONAS.

El Centro de Acogida San Juan de Dios tiene una capacidad de atender diariamente a cuarenta personas dentro del Programa de Acogida Nocturna, pero además más de diez personas son entrevistadas al día solicitando cualquier tipo de ayuda.

Málaga, la capital de la Costa del Sol cuenta con un gran número de visitantes y de población, cuenta con una gran riqueza turística, patrimonial, económica, social,… al parecer Málaga puede ser la capital soñada para muchas personas. Málaga es una puerta abierta al empleo, a la diversión, a la buena vida,…Málaga fuente de riqueza y cada vez la población va aumentando en cantidad.
¿Pero qué se esconde detrás de todo esto? Cualquier capital de España esconde su cara más desagradable y Málaga no va a ser menos: cuando todas las luces de los escaparates se apagan, cuando la Calle Larios y los centros comerciales cierran sus puertas, cuando en las grandes entidades bancarias dejan de circulas personas, hay un colectivo de personas que buscan donde pasar la noche, estos son, los marginados sociales de Málaga. Nadie de los que por las mañanas han estado utilizando estos servicios saben que de noche hay ciertas personas que lo utilizan para dormir porque no tienen a donde ir, nadie sabe sus nombres, nadie sabe ni de dónde vienen ni a dónde van, nadie sabe qué les ha podido llevar a mendigar,… sólo se sabe que cientos de personas mueren en las calles de España diariamente muertas de frío, de hambre,…
Estas personas han llegado hasta este punto porque no han encontrado un empleo, porque algunos de sus familiares han muerto y no han sabido seguir adelante, porque tienen problemas con las adicciones, porque han tenido que abandonar su país para buscar un futuro mejor, porque no han sabido llegar a la normalización de su situación,… la cuestión es que hoy día con lo avanzada que va la sociedad todavía hay gente que está pidiendo en las calles, que no tienen una vivienda digna como la propia Constitución lo mantiene como un derecho de todo ciudadano, que hay gente que no tiene en donde ducharse ni puede mantener limpia su higiene,…
Pero si seguimos buscando por el centro de la capital malagueña, llegamos a la plaza de San Juan de Dios, en donde un edificio grande con forma de patio andaluz, acoge a más de cincuenta personas diarias para intentar buscar alternativas a situaciones precarias, este es, el Centro de Acogida San Juan de Dios. Este centro fue creado en 1991 por los Hermanos de San Juan de Dios para acoger a cualquier tipo de personas sin distinción entre ellas y para intentar normalizar su situación. El Centro de Acogida San Juan de Dios quiere luchar desde su trabajo porque la sociedad sea un poquito más humana y a la vez concienciar a la población de que hoy día sigue habiendo personas que necesitan la ayuda de otros para poder salvar su situación.
Cuando desde este centro se empieza a trabajar con este colectivo de personas, que son los marginados sin hogar, se empiezan a vislumbrar problemas que ya no sólo consisten en comida, duchas,… sino que se empieza a trabajar con personas que tienen adicciones, que tienen problemas con la justicia,…Entonces se decide crear una serie de programas que puedan intentar normalizar la situación de dichas personas. Estos programas van a ser, primero el de Inserción, Rehabilitación y más adelante Acogida Nocturna, Higiene e Información y orientación. Además la Orden de los Hermanos quiere ir más allá y cuenta con un Programa de Investigación y Docencia.
Este Centro atiende diariamente a más de cincuenta personas que van pidiendo cualquier tipo de recurso para poder mejorar esa urgencia inmediata. Desde este Centro se intenta dar respuestas a las diferentes problemáticas siempre desde un estudio personalizado con cada persona desde entrevistas personalizadas y siempre respetando la libertad de la persona y de que esta quiera intentar salir de esa situación que se apodera de ella. Una vez que estás en el Centro, se va viendo que el número de personas a las que hay que atender cada vez es mayor y que parece que esta problemática nunca va a acabar.
Aunque anteriormente se ha descrito situaciones trágicas que viven este colectivo de personas cada vez más grande, vemos que sigue habiendo personas, sobre todo, profesionales que intentar de normalizar la situación de muchas personas que están siendo víctimas de una sociedad que cada vez va avanzando más pero que a su vez también va discriminando más.
Desde aquí lanzar una pregunta: ¿nos hemos planteado alguna vez si nosotros estamos contribuyendo a que siga habiendo cada vez más personas en la calle? Tal vez la respuesta a esta problemática la tengamos nosotros mismos.

Palabras claves:
-Marginación.
-Normalización.
-Acogida.
-Recursos.
-Bienestar.
-Sociedad.

martes, 13 de mayo de 2008

Un mendigo alemán perece al caer al mar en Corcubión


Un vagabundo alemán, Anton Johan Wechsler, que residía en Cee desde hace casi cinco años, pereció ayer en Corcubión tras caer al mar mientras pescaba. El hombre había acudido con la caña y sus inseparables perros a la zona del cabo de A Nasa, un saliente de la parroquia de Redonda de imponentes acantilados y furnas. Por motivos que se desconocen, tal vez un tropiezo o un resbalón, se precipitó al vacío y cayó al agua, entre las tres y las cinco de la tarde. Unos amigos dieron aviso a los servicios de emergencia y en seguida se montó un amplio dispositivo de búsqueda, en el que participaron los bomberos de Cee, Protección Civil de Corcubión, Guardia Civil, Seprona y el helicóptero Helimer Galicia . Este llegó al lugar justo en el instante en el que los bomberos, que descendieron por las rocas, aprovecharon que la resaca del mar llevó el cadáver a la superficie para atraparlo con un gancho, en una certera operación.
A continuación, fue trasladado en un vehículo de Protección Civil de Corcubión hasta el muelle de la localidad, donde al cierre de esta edición aguardaba la llegada del forense y la orden del juez para ser trasladado, en su caso, a Santiago.
Sus perros fueron recogidos por las personas que estaban con él en ese momento, según relataron testigos de los hechos. Anton Johan, así identificado por la Policía Local de Cee (aunque en los últimos tiempos, según personas próximas a él, se decía llamar Ernst), no tenía casa. Dormía en el bajo de una obra de Cee. Los vecinos solían verlo mendigando a la puerta de un supermercado o la iglesia.
Pescador, amante de los perros y con un carácter complicado
Anton Johan llegó a la zona a mediados del 2003, acompañado de dos perros husky. Desde entonces, siempre se le ha visto con canes. Y, muchas veces, pescando. Precisamente en una de esas ocasiones, en septiembre del 2005, en Brens, mientras pescaba calamares, tuvo un incidente con una vecina, a la que agredió, razón por la que acabó siendo detenido. Quienes tuvieron trato con él destacan que era de carácter complicado.

El programa Sin Techo ayudó a más de cien personas en el 2007


Cruz Roja desarrolla, el año pasado lo hizo con una docena de voluntarios, la operación Sin Techo . El objetivo es el de ayudar a que las personas que viven en la calle, y aquellos que subsisten bajo techo, pero con recursos limitados, puedan acceder a las ayudas municipales y de las distintas entidades que trabajan con colectivos desfavorecidos.
Las salidas mensuales de los meses de verano dan paso, con la llega del frío, que el pasado año coincidió con la cercanía de las fechas navideñas, a salidas semanales en las que, por grupos, los voluntarios de Cruz Roja se acercan a quienes duermen en la calle para ofrecerles una bebida caliente. No es más que la excusa para entablar con ellos conversación e informarlos de que pueden pernoctar en el Hogar del Transeúnte. Con este fin recorren el casco histórico, los cajeros automáticos del centro, donde suelen dormir algunos indigentes, y las estaciones de bus y ferrocarril.
Explican desde Cruz Roja que no suelen recibir llamadas de los vecinos alertándolos de este tipo de situaciones, pero que muchas veces son los propios vecinos los primeros en ser solidarios, ofreciendo comida y ropa a quien duerme en la calle. Hay personas que, a pesar de lo duro de su situación, la prefieren antes que dormir en el albergue municipal, donde deben convivir con otra gente. En estos casos, los voluntarios intenta poner todos los medios a su alcance (servicios sociales, Cáritas o Comité Anti-Sida) para mejorar su situación y hacerles compañía.
Más de cien usuarios
Desde Cruz Roja se habla de más de cien personas atendidas el año pasado en el programa Sin techo . De ellas, el cuarenta por ciento eran indigentes; es decir, personas que carecían totalmente de medios de vida básicos o con ingresos por debajo de los doscientos euros. La mayor parte de los usuarios, el setenta por ciento, tenía un hogar, pero disponían de ingresos muy bajos y vivían al límite. En estos casoso, la propia persona acude a Cruz Roja a solicitar ayuda. La oenegé les ayuda a encontrar empleo y los tutela y apoya en esta tarea. Además, se les facilita toda la información relativa a Servicios Sociais, comedor social o Cáritas, ya que muchos necesitan de ayudas complementarias para poder subsistir. Es la otra cara de la pobreza, la que menos se ve y la que más abunda. En todos los casos, la media de edad de los usuarios de este programa fue el año pasado de entre veinte y cuarenta años.
Más voluntarios
Cruz Roja se nutre del voluntariado y aunque es de las organizaciones más afortunadas en este sentido, también es cierto que hay épocas en las que se queda bajo mínimos todos los años, como es el caso de las fechas navideñas o la época de exámenes universitarios al reducirse el número de voluntarios que en esos días no pueden trabajar.

Vecinos sufragan el realojo de 4 sin techo ante la falta de ayudas oficiales

Cuatro "sin techo" se han convertido en turistas accidentales en un hostal del Casco Vello, a donde han ido llegando desde hace un mes, al ritmo que la policía los ha desalojado de las casas en ruinas en donde habitaban. Hay más en otros puntos de la ciudad, pero todos tienen en común que han sido realojados gracias a la solidaridad privada. Están viviendo bajo techo sólo con financiación de personas anónimas, de las que ni conocen el nombre. La falta de ayudas oficiales o de camas públicas ha desatado la solidaridad privada. La declaración de ruinas de muchas viviendas en los últimos meses propició que la policía notificase de la orden de desalojo a los habitantes de infraviviendas, que se quedaron en la calle. Son personas con bajos recursos económicos -algunos cobran pagas inferiores a cuatrocientos euros- y con diversas problemáticas sociales.
El último desalojo se producía este fin de semana en una casa de la calle Real, donde varias personas fueron obligadas a marcharse de madrugada. "Aunque legalmente está justificado, desde el punto de vista humanitario, pedimos su realojo", asegura en representación del grupo "El Imán" Antón Bouzas. "Imaginamos que han sido expulsados siguiendo las instrucciones de un juez", soslaya, "pero algunos son muy jóvenes y otros mayores y están inseguros en la calle". El colectivo que representa pide para ellos un sistema de realojo inmediato por parte de la institución municipal. Aún así, entienden que la medida se toma para preservar la seguridad de las personas que habitan en edificios casi derruidos -cerca de un centenar- y a los de las viviendas próximas. Estos hechos constituyen, según recuerda Bouzas, una discriminación con respecto a otros colectivos como los gitanos: "Se da por sentado que a ellos se les realoja, pero a estos no".
El presidente de la Asociación vecinal Casco Vello, Henrique Macías, confirma que últimamente son frecuentes notificaciones de desalojo y tapiados de puertas y ventanas de viviendas. Esta medida afecta a inquilinos que pagan una pequeña renta en un edificio cuyo propietario se niega a pagar las reparaciones y fuerza el expediente de ruina.

’Prefiero mendigar mil veces que la cárcel’

Jesuino Manuel Pereira Gomes, de 40 años, ingresó en prisión ocho días por no tener una vivienda fija en la que cumplir un arresto domiciliario de ocho días por una falta. Ayer recuperó la libertad y nada más llegar al casco urbano ourensano, procedente del Centro Penitenciario de Pereiro, se instaló en la calle del Paseo, uno de sus lugares preferidos para pedir limosna, y extendía la mano para que los viandantes le dieran dinero. ’Deme algo, por favor’, repetía.
Sobre la espalda llevaba un bolso con todas sus pertenencias. ’Pido limosna, pero no hago daño a nadie’, dice, sorprendido al preguntarle por su experiencia de ocho días en la cárcel: ’Prefiero mil veces esta vida que estar en prisión. No me hicieron daño, pero la cárcel es para los criminales’, afirma.
Jesuino Manuel Pereira es natural de Lisboa pero desde hace siete años vive de la indi gencia en la ciudad de As Burgas. El 6 de febrero, la Policía Judicial de la Guardia Civil lo detuvo en el Hogar del Transeúnte por requisitoria del Juzgado de lo Penal número dos de Ourense para que ingresara en prisión al no tener un domicilio para cumplir el arresto. ’Los agentes me pusieron las esposas y me llevaron a prisión. En un primer momento no entendía por qué me hacían eso, traté de explicarles que estuviera enfermo, pero no me creyeron’, recuerda, recalcando que no tiene nada contra la Guardia Civil ni la Policía ’porque entiendo que están haciendo su trabajo’.
Acusación de robo
El indigente nunca creyó que las autoridades judiciales llegarán a ejecutar la sentencia que lo condenaba a los ocho días de arresto domiciliario por una falta que, según relató el indigente, ya fue hace más de cuatro años en la Alameda del Cruceiro de la ciudad. ’Estaba pidiendo limosna y quizás me acerqué demasiado a un hombre, se asustó y comenzó a empujarme. Yo traté de apartarme y también le empujé. Después me denunció diciendo que iba a robarle y que intenté agredirle. De la mayoría de los detalles ya ni me acuerdo’, comenta.

Cruz Roja atendió a casi 400 sin techo en Vigo el pasado año

Viven en las calles de Vigo, entre cartones o bajo los soportales. Son los denominados sin techo, las personas que no tienen un hogar. Para su atención trabajan diferentes organizaciones en la ciudad. Una de ellas, Cruz Roja, atendió en 2007 a 395 personas sin hogar, un 43% más que el año anterior.
Su programa de atención a este colectivo se desarrolla en colaboración con la Xunta. En él, los indigentes reciben cursos de primeros auxilios, informática, salud o autoestima, entre otros.
Precisamente para reclamar mejoras para estas personas, ayer, El Imán presentó la campaña Estás no Casco Vello, estou no Casco Vello. Con esta iniciativa pretenden concienciar a la ciudadanía de la necesidad de cuidar este barrio, uno de los principales lugares que acoge a los sin techo.
Precisamente, en homenaje a un indigente recientemente fallecido, ayer, se realizó una concentración en la praza de Constitución. Antonio, que así se llamaba, tenía unos 60 años y murió en el hospital. Cuando estaba ingresado le dectectaron otra enfermedad, «una suerte», ya que le permitió seguir bajo techo hasta su fallecimiento, según recordaron ayer los miembros de El Imán.

Un indigente ingresa en prisión por no tener un domicilio en el que cumplir un arresto

El indigente Josuino Manuel P.G., de 40 años, natural de Portugal, fue detenido en la mañana del martes en el Hogar del Transeúnte de Orense para su posterior ingreso en prisión.
Los agentes procedieron a su arresto por requisitoria del Juzgado de lo Penal número dos de Ourense. Este periódico no pudo conocer ayer el lugar y los hechos por los que fue enjuiciado y condenado el arrestado, que, según fuentes del instituto armado, lleva meses vagabundeando por las calles de la ciudad. Eso sí, el hombre estaba siendo buscado para que cumpliera la condena de ocho días de arresto domiciliario por una falta, pero los agentes no conseguían localizarlo al carecer de domicilio fijo. Ahora, los ocho días de arresto domiciliario tendrá que cumplirlos en la cárcel. El arresto fue comunicado al Consulado de Portugal, cuyos responsables se interesaban ayer por el futuro del indigente.